ansiedad y covid

Repercusiones del COVID19 en 2021

Que la situación actual nos está poniendo a prueba a todos, desde luego, es más que evidente. Pero a lo largo del año pasado, con los vaivenes, las nuevas olas y las situaciones progresivas que se van dando se ha generado una serie de consecuencias en nuestro comportamiento y salud mental que tienen que ver directamente con varios factores que pueden repercutir en nuestra vida.

Algunas de esas reperscusiones por el virus están siendo:

La incertidumbre

Que no siempre sabemos tolerarla bien nos produce un estrés en situaciones que no podemos controlar.

Desorganización

Al producirse situaciones de cambio de rutinas, alteración de las que teníamos más asentadas y necesidad de readaptación.

Afectividad

Dadas las situaciones de distanciamiento obligatorio se producen situaciones de distancia social que a muchas personas les afecta así como de imposibilidad inmediata de muestras de afecto. Además también tiene la consecuencia negativa de generar miedo a la proximidad.

Aislamiento y Soledad

Lo cual, para personas que dependían de su vida social para encontrar apoyos y comprensión, núcleos de personas ajenas a la familia o que por no disponer de ella representaban su apoyo, las consecuencias de los decretos de confinamiento y las prohibiciones de reunión provocan una intensa soledad y un aislamiento que se combatía con ese factor social.

Exceso de información

La infoxiación, la contaminación por exceso de información hace que podamos sumirnos en un estado de angustia mayor, sin darnos tiempo a descansar de lo que ocurre de puertas afuera, con rumia de pensamientos que pueden llegar a ser obsesivos.

Todos estos factores hacen que nuestra sensación de miedo y temor al contagio se multipliquen.

Como psicólogos especialistas en el estudio de psicología en Málaga Psicología Activa podemos mencionar cómo se combaten estas sensaciones que se pueden acumular por los acontecimientos que estamos viviendo:

  • Por un lado luchando por la aceptación.
  • Acpetar la realidad implica:
  • Crear rutinas adaptadas a esa nueva realidad.
  • Buscar nuevas formas de mostrar nuestro afecto, además del contacto físico.
  • Optar por relaciones sociales seguras que nos protejan a nosotros y a los demás de posibles contagios.
  • Aumentar nuestro uso de las nuevas tecnologías para aumentar nuestro contacto humano.
  • No obsesionarnos con la información: optar por poca y en algunos medios para no intoxicarnos con demasiada que nos pueda producir angustia.

 

Gestionar las emociones

Cosa que nunca es fácil, pero tenemos que luchar por estar más en sintonía con ellas:

Identificar, adeptar y tolerar lo que nos pasa y sentimos como una manera de poder sacarlas a la luz, ya sea, rabia, miedo, tristeza…

Así, si las expresamos y compartimos nos será más fácil encontrar una válvula de escape para ellas.

 

Podremos además, así, crear o buscar unos amortiguadores emocionales

Buscar actividades gratificantes que poder hacer con seguridad.

Cultivar relaciones sociales seguras, sobre todo usando las tecnologías telemáticas

Minimar el aislamiento y la soledad con dichas actividades y contactos, además de dedicarnos tiempo de calidad a nosotros mismos.

vuelta al trabajo

La vuelta al trabajo y las post vacaciones

Existen muchos periodos difíciles desde el punto de vista psicológico a lo largo de la vida. Pero quitando los más graves podemos decir que uno que nos trae a todos de cabeza es el incorporarse al puesto de trabajo después de las vacaciones.

¡Y no es para menos! Tras un periodo de desconexión, donde hemos gestionado el tiempo de otra manera, hemos tenido otras prioridades y nuestro ritmo se ha visto alterado con respecto al más continuo y exigente del calendario laboral. Regresar al trabajo es inevitable y hacerlo en la mejor condición posible es garantía de que no nos pasará factura después en forma de depresión postvacacional, irritabilidad y esa melancolía aparejada a las tardes de verano sin nada más que hacer que disfrutar de nuestro tiempo tan duramente ganado.

La depresión no es para tomársela a broma y por eso queremos darte al menos un par de consejos para enfocar mejor la vuelta al trabajo con una actitud más positiva que te permitirá que no se te venga encima como un tsunami emocional.

Lo primero, darte tiempo. Es decir, vete preparando, no apures hasta el último día, el último minuto. Varios días antes de que se acaben las vacaciones ve probando a levantarte un poco antes para que no te pille el madrugar para ir al trabajo con el pie cambiado y no sea tan duro. Puedes hacer algunas labores que te ayuden a retomar la productividad como organizar tu casa y tu despacho si lo tienes, planificar tu próxima agenda, pero sin agobiarte, empieza con pocas cosas y aumenta progresivamente. Acostúmbrate de nuevo a los hábitos de productividad como el priorizar tareas y verás que al incorporarte lo tendrás ya por la mano y no estarás tanto tiempo mirando la ventana preso de la melancolía.

Segundo y no menos importante: prepara un cambio alimenticio. Necesitas cuidar tanto tu mente como tu cuerpo y el verano es época de relajarnos un poco más, así que es de lo más deseable ser consciente de si nos hemos pasado un poco con la dieta. No te impongas una dieta draconiana, lo último que le hace falta a tu humor de retorno al trabajo y es tener una triste hoja de lechuga y un puñado de arroz en el plato que te hagan sentir miserable. Pueden tener un efecto contrario. Aliméntate bien, no te excedas y mejor con alimentos poco procesados en lo posible. La fruta, verdura y legumbres serán tus aliadas para no tomar comidas pesadas que te hagan difícil la digestión y aumenten la sensación de pesadez. No querrás estar amodorrado y sintiendo el martillo de la vuelta al trabajo mientras tecleas una y otra vez mal la misma palabra porque no te puedes concentrar.

Tercero: Disfruta los momentos. Siempre hay momentos de “descanso del guerrero”. El desayuno en el trabajo, el café con los compis, la vuelta a casa y que te cuenten qué tal el día, salir a la compra y también la recompensa de dedicar, si puedes un rato a alguna afición, a la lectura, un momento para ti. Esto te reportará tranquilidad y es bueno para tu salud mental, el “mimarte” un poco.

Cuarto, y último por hoy: busca un proyecto emocionante. Algo personal que realmente quieras hacer, que te emociones y te guste y centra tus energías en él en los momentos que te puedas permitir. Tener ilusión por un proyecto propio hace que contemples el paso del tiempo de otra manera, te ayuda a centrarte y a sentir que hay un proyecto interesante que te aguarda. Te puede permitir dividir el tiempo en “trozos más manejables” para aumentar más tu energía en cada tramo, además de centrarte en objetivos que puedas ir cumpliendo.

Todo esto en realidad son consejos que puedes aplicar siempre teniendo en cuenta tus circunstancias pero que te pueden ayudar a llevar adelante una vuelta al trabajo con otro ánimo.

Cuéntanos qué tal te va y recuerda, en Psicología Activa ¡estamos para ayudarte!