¿Cuándo acudir al psicólogo?
¿Cuándo debo ir al psicólogo? ¿Existe alguna señal que dé la voz de alarma? ¿Debo ir al psicólogo sólo cuando tengo un problema o también es útil para ayudar a lograr los objetivos que me proponga?
Dar el paso y decidir empezar a acudir a terapia no es algo sencillo, y mucho más aún cuando no estamos seguros de si es lo que realmente necesitamos o si seremos capaces de superar aquello que nos preocupa por cuenta propia. En ocasiones la ansiedad o el estrés son tan intensos que provocan un malestar profundo e incluso afectal a nuestra vida cotidiana. En estos casos, es muy frecuente que nos bloqueemos y que nos resulte cificil encontrar una respuesta y una salida por nosotros mismos.
Llegados a este punto, es recomendable acudir al psicólogo, solo un profesional puede ayudarte a identificar cuál es el verdadero origen de tu problema y te ayudará a solucionarlo para que recuperes tu vida habitual cuanto antes.
¿QUÉ PROBLEMAS O SITUACIONES PUEDE ATENDER UN PSICÓLOGO?
Un psicólogo es un profesional calificado que, gracias a su formación, tiene a su disposición numerosas herramientas que te ayudarán a resolver cualquier problema que puedas presentar.
Suelen atender trastornos o situaciones como:
- Trastornos del estado de ánimo, ansiedad, estrés y depresión.
- Adicciones.
- Trastornos alimentarios.
- Problemas de autoestima y falta de confianza.
- Timidez y fobia social.
- Problemas familiares.
- Hechos traumáticos.
¿CUÁNDO ACUDIR AL PSICÓLOGO?
- Cuando sientas que tu malestar se intensifica más con el paso del tiempo llegando incluso a interferir en tu vida diaria, ya sea en el área laboral, social, familiar o en tu vida en general.
- Cuando experimentas síntomas que afectan a tu calidad de vida como el insomnio, la pérdida de interes por cosas que antes te resultaban placenteras o la sensación de estrés constante.
- Te sientes agobiado ante la situación que estás viviendo, no encuentras una salida y piensas que la vida no tiene sentido.
- Tienes problemas para controlar tus emociones.
- Te castigas por un error del pasado y experimentas sentimientos de culpa intensos que no te permiten continuar con tu ritmo de vida habitual.
- Te sientes vulnerable con tu entorno y crees que casi todo lo que te rodea es una amenaza.
- Has puesto nomerosas soluciones para resolver tus problemas emocionales pero todas han fracasado y pones en duda tus capacidades.
- Quieres potenciar ciertas habilidades sociales que te permitan hacer frente a diferentes situaciones de la mejor manera posible.
Si nos paramos a pensar, realmente las áreas en las que un psicólogo puede ayudarte son prácticamente infinitas. Por ello, si notas que algo de ti ha cambiado, no te sientes a gusto contigo mismo o has dejado de disfrutar la vida como hacías antes, no dudes en ponerte en contacto con un psicólogo. No te conformes y busca ayuda.