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La hipocondria y las situaciones excepcionales

La hipocondria es algo que, con la situación que estamos viviendo actualmente, en la que tenemos una pandemia dando coletazos en distintos lugares, con repuntes, cifras, datos y una sensación crispada en cuanto a las autoridades se refiere, puede surgir con facilidad: las sensaciones que podemos tener al salir al exterior para seguir o intentar seguir haciendo nuestra vida normal puede ser dificultosa.

Nos puede preocupar el contagio, la actitud de los demás, la poca seriedad o preocupación ante las medidas de seguridad tanto en lugares despejados, mientras damos un paseo, como en un parque o una calle, o cuando ya implica un espacio cerrado como puede ser un supermercado o establecimiento. En algunos picos de horas, nos podemos agobiar incluso más, al ver cómo no se respeta la distancia de seguridad, o no se llevan bien puestas las mascarillas, algunas parecen más pergaminos que una mascarilla protectora o vemos a gente quitársela para hablar… Todo ello puede producirnos sensaciones de agobio y si tenemos ciertos rasgos de hipocondria, o un trastorno de ansiedad generalizada, se pueden potenciar los síntomas.

Esta ansiedad nos puede producir mucha dificultad en nuestro día a día sobre todo en un entorno tan cambiante y rodeado de tanta polémica, opinión y cifras, muchas veces sin una buena interpretación, que nos impida hacer vida normal.

Recuerda que en esas situaciones de estrés las sensaciones, lo que experimentas, es mucho más exagerado por la presión que sientes. Tómate un momento para respirar más tranquilamente, concentrándote en eso.

Lo que sientes son emociones, no síntomas, así que pasarán y tú estarás mejor.

Centra tu atención en el momento presente para no caer en pensamientos que te pueden enredar, solo mira el suelo y piensa dónde estás, que puedes salir al exterior o buscar un mejor espacio donde dejar pasar la crisis.

El miedo está ahí y no siempre es malo, nos indica que hay algo que no está bien. Así que espera a que se desvanezca, dejando que esos pensamientos se difuminen, no sumes más a los que ya tienes.

Planea tu siguiente acción como paso para superar la crisis. No te centres en los demás, solo en ti y en que puedes poner remedio a la situación con un acto tan simple como andar hacia adelante.

Puede que mucha gente no se lo tome en serio, que no lleven bien las mascarillas, que no estés seguro de sus hábitos higiénicos pero sí eres consciente de los tuyos, de que haces lo que debes en tu caso y que excederte en ello puede ser tan malo como no hacerlo.

Estamos en una situación excepcional, eso es cierto y si sientes que necesitas ayuda para superarlo, no te preocupes, hay especialistas como los de Psicología Activa que estaremos encantados de ayudarte.

Solo tienes que contactar con nosotros para dar el primer paso.

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Centro de psicología en Málaga para fobias y derivados del COVID

Si algo podemos tener claro es que la aparición de una pandemia a nivel mundial ha afectado a mucha gente; personas que ya se encontraban en terapia y personas que no han ido desarrollando diversas patologías relacionadas con esta pandemia que les han hecho acudir a su centro de psicología en Málaga, como es el caso de Psicología Activa.

Las consultas más frecuentes, últimamente, y comprensibles, ante las cuales siempre instamos a acudir a tu centro de psicología de confianza, sin muchas relacionadas con las consecuencias de la cuarentena, la situación de alarma y de excepción social que se ha generado unido a las exigencias del distanciamiento social, las prohibiciones de congregarse y el impacto psicológico que muchas fechas tienen en nosotros.

En el pasado 2020 y buena parte de este año se ha padecido parte de esas consecuencias generándose incluso fobias.

Fobia social: después del confinamiento y a poco ya se tuviera cierta predisposición, muchas personas se han dirigido al centro de psicología porque tienen problemas sociales. Con la vuelta al trabajo y los entornos laborales algunos no se han visto capaces de afrontar la cercanía de otras personas, la posibilidad de relacionarse y aún menos de no poder controlar su entorno, viendo con mucho nerviosismo cómo compañeros menos preocupados o conscientes no mantienen la distancia o los procedimientos recomendados, desde la mascarilla a la desinfección de manos.

 

Hipocondria aumentada: porque si las personas hupocondríacas no tenían suficiente, la aparición de una pandemia dispara su ansiedad y con la «vuelta a la normalidad» se les hace difícil soportar la tensión de salir a la calle y lidiar con las posibles afecciones derivadas de todo este escenario.

 

Síndrome de la cabaña, del que ya hemos hablado anteriormente y que se refiere, sobre todo a la incapacidad de volver a la rutina, habiendo creado en el hogar un entorno seguro que no se quiere abandonar y se hace difícil hacerlo. Sobre todo después de la implementación del teletrabajo y de las condiciones que nos ha facilitado seguir con nuestra labor en un entorno más cómodo como ha sido nuestra casa. El síndrome de la cabaña puede llegar a dificultar mucho la reintegración en los entornos laborales externos.

 

Si sientes que necesitas ayuda, que necesitas un profesional que te ayude en tu día a día, y más ahora que la vuelta al cole está tan cerca, en el centro de psicología Psicología Activa, estamos para ayudarte, no dudes en contactar.

 

hipocondria

La preocupación legítima ante la enfermedad y la hipcondria.

Cierto es que estamos ante una situación que a mediados de Marzo de 2020 nos hace repasar si esa tos que acabamos de tener o ese dolor de cabeza se corresponden con los síntomas del COVID-19, el famoso Coronavirus que está provocando el pánico en algunos sectores (con más o menos razón, pero no hemos venido a hablar de eso), y la suspicacia de cualquier vecino cuando estornudamos o tenemos un ataque de tos debido a la alergia.

Por poco que hayamos salido a la calle o porque las circunstancias nos hayan obligado, ahora intentaremos poner más distancia y seguir ciertos parámetros que las autoridades sanitarias no dejan de recomendar.

¿Cuándo la preocupación legítima ante la enfermedad se convierte en hipocondria?

Lo primero que queremos aclarar es que preocuparse por contagiarse de este coronavirus no es más que un acto de preservación y no te convierte automáticamente en hipocondríaco. Estamos ante una situación excepcional. El hipocondríaco se caracteriza porque el coronavirus es solo otra más de sus preocupaciones.

Características de la hipocondría:

Hablamos de este trastorno cuando suceden varios aspectos confluyentes en la persona. No es que acapare gel hidroalcohólico o tenga demasiadas mascarillas en casa. El hipocondríaco ya conoce esas medidas sanitarias por lo general pero su preocupación va más allá. Está convencido de que padece una enfermedad por los síntomas físicos que él mismo experimenta, y anota, y consulta una y varias veces más al médico. El miedo o convicción de padecer la enfermedad nos revela la condición de hipocondría junto a que las exploraciones médicas y las explicaciones de los profesionales de la sanidad no hacen desaparecer esa sensación. Además de esa preocupación persistente se diferencia en que no es un delirio y que suele trascender el aspecto físico (no es una dismorfia corporal). El hecho de estar constantemente preocupado e intentando prevenir contagios, frecuentar gente y llegar a otros extremos como el hecho de experimentar un deterioro social, laboral y en áreas importantes de la vida de la persona, como con la familia o personas allegadas. Además para que se considere tal debe pasar más de 6 meses con este trastorno de forma persistente.

El trastorno de hipocondría se distingue porque no se puede adjudicar a otros como el de Ansiedad Generalizada, angustia, obsesivo-compulsivo, etc., sino que es específico.

Por eso, y antes de creer que tienes hipocondría, quizás solo estás siendo precavido/a con lo que está ocurriendo, además de la influencia que pueden tener los medios de comunicación en nosotros con tanto recuento y medidas especiales.

Así que desde Psicología Activa queremos recomendarte sobre todo que os lavéis mucho las manos, toser y estornudar en el codo, evitar el contacto físico en el exterior y limpiar y desinfectar las superficies de uso.

Es una situación excepcional, pasará, como todo, pero si ves que la preocupación supera lo que es normal en tu situación o tu forma de ver las cosas, en Psicología Activa ¡estamos a tu disposición!