el apego seguro

El apego seguro y cómo nos afecta

El apego seguro y cómo nos afecta

¿Nunca has escuchado lo de “si ese es así es porque no lo abrazaron de niño”? Detrás de esas palabras que suelen salir de la sabiduría popular se esconde uno de los factores que nos configuran como adultos y que en muchas ocasiones se suele contemplar como algo que “en realidad no es para tanto”. No, no estamos hablando de los abrazos en sí, hablamos del “apego”.

En palabras de psicólogo profesional el apego (y el apego seguro) son las tendencias a establecer lazos emocionales íntimos con individuos determinados. Es básico en la naturaleza humana y continua (solo hay que ver nuestro comportamiento en sociedad y la búsqueda de pareja) en nuestra vida adulta.
Durante la infancia el apego se desarrolla sobre todo para con la figura de los cuidadores/progenitores, en los que se busca protección, apoyo y sostén, que nos pongan en relación con el mundo con seguridad, ayudándonos en nuestro desarrollo. A lo largo del crecimiento y maduración también persisten pero además se modificación con nuevos lazos y comportamientos.

Esto es el apego, es esa relación que se establece con personas que nos ayudan a relacionarnos y comprender el mundo. Lógicamente lo que nos enseñen y transmitan configurará el comportamiento futuro además de que su propia relación con nosotros tendrá una gran influencia en un crecimiento sano.

Progenitores sensibles a las necesidades y peticiones del niño

Cuando estamos ante un caso así, con unos cuidadores que son sensibles, que se regulan emocionalmente y validan las emociones del niño, dejándole explorar de forma segura y le tiene un respeto así como un contacto cálido, protector e íntimo con el niño, da lugar a adultos equilibrados, a personas que pueden procesar adecuadamente situaciones de soledad o rechazo y que ven positivamente tanto a sí mismos como a sus parejas. Saben equilibrar intimidad e independencia con las distintas relaciones.
Esto se conoce como apego seguro.

Apego distanciante o evitativo

El primero se produce cuando el niño no se siente aceptado o querido por uno o los dos cuidadores, cuando son poco cariñosos, exigentes y distantes, fríos, severos y que no muestran cariño alguno.
El Evitativo se produce cuando los cuidadores solo gratifican la conducta más “adecuada” del niño, invalidando sus demás necesidades emocionales.
¿Qué configura esto? Comportamientos evitativos que suponen un ligero rechazo a determinadas situaciones y contactos, hasta el comportamiento distanciante, donde se insta al niño a que se las arregle solo sin llegar a tratar temas concretos que “no son de recibo”.
Estos son adultos que ya de niños han mostrado conductas altamente independientes y autosuficientes y que prefieren no depender de otros, siendo individuos de carácter defensivo y que suelen suprimir y/u ocultar sus sentimientos, evitando en ocasiones las relaciones íntimas.

 

Apego Inseguro

Se da en los casos en los que los cuidadores están preocupados o ansiosos, sobre protegiendo al niño, cosa que a la larga hace que el niño no pueda sentirse seguro. Cuando al niño se le impide desarrollarse, satisfacer su curiosidad y explorar cubriéndolo todo de un miedo y protección que se transmite. Los cuidadores están más atentos a sus propias necesidades y emociones que a las del niño respondiendo con ansiedad y preocupación, sobreprotegiendo. Eso puede derivar en un adulto que busque relaciones íntimas muy cercanas enfocándose con personas que normalmente no desean ese tipo de cercanía. Suelen verse patrones de dependencia emocional y no muy buena autoestima, alta expresividad emocional, impulsividad y preocupación.

También cuando hay negligencia o abusos produce que el niño no pueda crear un “yo” seguro y sus vivencias lo angustian enormemente. Esto puede tener efectos devastadores en la personalidad y desarrollo del niño y llevarlo a la disociación de la personalidad y que desarrolle comportamientos distintos basados en esos sucesos traumáticos.

 

En el Centro Psicológico Piscología Activa podemos ayudar en los diversos casos de apego y comportamiento para mejorar la calidad de vida de niños y adultos.